7.- Mi otra princesa, mi bella Ingrid, mi bebé....
Se puede multiplicar el amor? Cuando tienes a tu segundo hijo, sabes que la respuesta es sí. El corazón no se divide, se comparte.
No pudimos escoger mejor nombre para ti y tal y como dice su significado, Ingrid, amada, bella, presumida, femenina y de carácter fuerte. Normalmente dulce y cariñosa con la gente, pero cuando se enfada, saca su mal genio a relucir e impone mucho. Es muy amiga de sus amigos y una amante fiel, apasionada y muy comprometida.
Tuvimos claro que queríamos más de un hijo. Y cuando estaba embarazada de ti, deseaba intensamente que fuera una niña. Quería que ambas tuvierais un apoyo. Se que no es normal pensar en ello, pero quizás por todo lo que habíamos vivido papá y yo, y ante la posibilidad de necesitaros mutuamente, deseábamos que tuvierais una relación especial, más allá de lo convencional.
Buscaba en ti, la calma, la sabiduría del silencio, el desparpajo de las palabras, el punto de equilibrio, el ying frente al yang, la observación frente a la acción, la alegría...... y así fue.
Verte nacer, sentirte, es impresionante, pero cuando vi tu cara..... caí rendida a tus pies. Redondita, sonrosada, feliz de venir al mundo. Nos cautivaste. Entraste en nuestros corazones como una flecha. Ya eras nuestra. Para siempre. Te quería.
El poco tiempo que os llevabais Carla y tu, y la aun dependencia que tenia tu hermana sobre mi, hizo que se creara un vínculo muy fuerte con papá. Tú que ibas en búsqueda de paz encontrabas en sus brazos la tranquilidad y seguridad que necesitabas.
Siempre como observadora, con la inteligencia del que sabe cuando debe hablar, con los ojos en búsqueda de seguridad, vulnerable por tu corta edad. Buscando contacto, sin traspasar la burbuja de tu espacio vital.
En los brazos de papá, cantándote baladas de Guns, acariciándote mientras dormías, sintiendo tu respiración, tu olor, tu paz, él se sentía el padre más afortunado del mundo. Algo que le ayudó mucho a que no se rindiera y luchara por vosotras.
Te veía crecer, formándote poco a poco en ese ser tan especial en que te has convertido. Con esa capacidad de alegrar y hacer reír a quien tienes a tu lado. No hay duda que tu frescura sería de gran valor en nuestra vida.
Tu siempre tan emocional, tan visceral, tan natural y expresiva, tan llena de amor..... lo siento. Siento que hayas vivido tan duro golpe tan pequeña. Siento que no te haya podido dar la estabilidad suficiente para que crecieras con confianza y seguridad en ti misma. Siento que tuvieras que separarte de papá cuando más lo necesitabas. Pero debes saber que el te ha tenido siempre en su corazón, sin ti no hubiera podido ganar la batalla.
Pero estamos compensando el tiempo perdido, curando el daño causado, fortaleciendo tu mente y tu corazón, y dándote la estabilidad que siempre has necesitado.
Aunque también se, que todo esto te ha reforzado valores que ya tenías, como el amor, empatía y esa capacidad que tienes de usar el humor como escudo.
Has llorado mucho, has sufrido, has esperado mucho frente a la ventana al oír una sirena por si era papá que volvía a casa, pero nunca has estado sola en tu tristeza. Hemos estado a tu lado ofreciéndote nuestra mano.
No cambies, sé que ese don que tienes, ese don de la palabra y expresión, te van a llevar muy lejos, tampoco dejes el refugio que encuentras en la música y el baile, ni esa fuerza que te da el crear tus propias historias, escribirlas, contarlas, vivirlas y soñarlas. Esa tenacidad y trabajo, te ayudaran en todos los objetivos que te marques. Pero sobretodo, estarás siempre acompañada de papá y de mi, te debemos mucho.
No pierdas esa luz que desprendes cuando sonríes y no puedo dejar de decirte que vales mucho que no desestimes tu gran inteligencia y personalidad.
Mi bella Ingrid.....
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